¡Bienvenido invierno! ¡Bienvenido Jorge Saeta!
¡Bienvenido invierno!
Cuando llega el invierno mi estado de ánimo se sumerge en la superficie de un cielo gris. Camina por sus recovecos y desciende a sus calles empozadas. Lo único que desea es estar acostado, leyendo, dejando pasar el tiempo hasta que la claridad habilite el pasaje a un clima agradable y por fin sea meritorio abrir las ventanas para que el sol pueda desprender los hongos negros del techo.
Mi estado de ánimo tiene nombre y apellido: Jorge Saeta. Su origen es arbitrario, apareció como seudónimo en algún momento y fue quedando adherido a las cosas de mi vida. Así que ahora será un alter ego que me acompañará a escribir estas crónicas de los inviernos que se avecinan. Mi yo se tiene que hacer cargo de otras cuestiones, como cuidar y proteger a mis hijas. Jorge será una forma de exteriorizar todo aquello que no quiero que corresponda a mi persona.
Lo presento en sociedad para dejarlo asentado como autor de las crónicas invernales y que ustedes sean testigos de su crecimiento. Escribirá —si puede— una vez por semana sus andanzas por los distintos sitios que recorrerá. Montevideo será su primer escenario. Pero se sabe que viajará a Europa cuando llegué la primavera al eje sur, por lo cual se enfrentará con la temporada otoño-invierno del hemisferio norte.
Jorge Saeta es amante de Roberto Arlt y lo que quiere realizar es una copia infiel de las aguafuertes que el periodista argentino realizó durante más de diez años por distintos lugares del mundo. Por eso, tomará la morfología de sus crónicas para ser testigo de los tiempos que vive, llevando como título “Aguafuertes invernales”
Dejo una foto de Jorge, de hace más de diez años, en su primer viaje a Montevideo. Se lo ve contento, de espalda, con el mate al lado sentado en la rambla. Se parece un poco a mí, es cierto, pero sólo es una cuestión de coincidencia, de antonomasia, que lo llevará a crearse a sí mismo, así que los apelativos “deprimente”, “bajonero” serán propios de su persona. Yo lo dejo ser lo que tenga que ser, no voy a interceder en sus decisiones ni en lo que resuelva con su escritura. Así que demos la bienvenida al invierno, demos la bienvenida a Jorge Saeta que comenzará a escribir como le salga y como quiera.
Una parte de mí nace de mis dedos, emerge al mundo con el solo hecho de continuar dando vida, de seguir dando palabras para que yo pueda hacerme cargo de los que tenga que hacer en el exterior. Depósito mi estado de ánimo en este alter ego que merecía su lugar, y que desde hace años está pujando por salir del anonimato, que merece dejar de ser un seudónimo para convertirse en el escritor que desee ser. Yo le presto mis tiempos y mis espacios para que lo haga. Confío en Jorge, confío en sus capacidades para escribir y ser testigo fiel de mi tiempo.
¡Adelante Jorge Saeta!
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