Apremios

David me tiene secuestrado escribiendo en un rebelde anonimato. No lo culpo, nunca en su vida se le dio la oportunidad de escribir todo el tiempo que quisiera. Ha organizado una estructura desafiante, teniendo como zanahoria a perseguir, varios concursos literarios a los cuales se viene presentando. Ha encontrado una manera de dar rienda a su trabajo. Busca en su celular. Si el concurso le convence y está dentro de sus parámetros narrativos se pone a trabajar. Está escribiendo y finalizando de a dos o tres relatos por semana. Por eso no me ha dejado escribir en el blog. Le apremia el tiempo. A mi me sorprende. Desde que lo conozco, y me dio vida, es la primera vez que se está tomando las cosas con seriedad. Me ha vuelto su asistente. Por momentos se cansa o tiene que ponerse a hacer las cosas del hogar y me deja a mí escribiendo, tipeando en la computadora lo que escribe en un cuaderno azul. Me dice que desarrolle algunas ideas, me pone a leer algunos párrafos y me ha confia...